Para empezar, en estos casos el sistema nervioso se excita con mayor facilidad ante los estímulos para que así la receptividad al entorno sea mayor. Pero un sistema nervioso sobreestimulado no resulta agradable. Por ello, se preferirá evitar la acción sencillamente porque es molesta. Es lo que sucede con los introvertidos (aquellos que no son tímidos), a los que ciertas maneras de relacionarse con la gente les carga mucho y prefieren dedicar su tiempo a otro tipo de actividades que no les estimulen tanto. En este caso hay una conducta evitativa pero la misma no está motivada por el miedo sino por una preferencia causada por la sobreestimulación (también podría suceder lo contrario, que la acción no fuera lo suficientemente estimulante y que se evitara por puro aburrimiento. Los introvertidos a veces se aburren con cierta gente).
Alguien podría decir que la estimulación nerviosa no es más que una forma de sentir un ligero miedo, aunque sea de forma inadvertida. Si un introvertido se abruma con la gente debe de ser porque está muy pendiente de ella por algún temor, porque teme que en algún momento pueda sentirse amenazado. Existen sin embargo estudios empleando técnicas de imagen por resonancia magnética, que señalan que la excitación de una persona altamente sensible sometida a estímulo social no tiene por qué darse en la parte del cerebro que se encarga de procesar los miedos:
«Es interesante señalar que en nuestro estudio no encontramos evidencias de la activación de la amígdala como respuesta de las personas altamente sensibles a estímulos sociales. Estos resultados sugieren que al menos ante fotografías emocionalmente evocadoras, las personas altamente sensibles no necesariamente activan los procesos emocionales límbicos sino más bien los de orden superior encargados de la consciencia, integración de la información sensorial y planificación de acciones».Por otra parte, puede ocurrir también que el procesamiento más profundo de la información sensorial lleve a un mejor entendimiento de los peligros en los que se podría incurrir en caso de actuar. Por ello, cuando las cosas no están claras, se comportan de manera más cauta (aunque también sucede al revés: cuando lo ven seguro por el aprendizaje que han hecho de la situación anteriormente, actúan de forma decidida y eficaz).
La cuestión es que la excitación nerviosa no conduce necesariamente al miedo. Éste es un punto crucial de la argumentación de Elaine Aron a la hora de definir el concepto de la alta sensibilidad. No es fácil porque con demasiada frecuencia se asume que lo que gobierna un comportamiento sensible es el miedo. Por ejemplo, en los experimentos con animales se suele llamar "tímidos" a los que muestran un comportamiento más precavido, asumiendo que es el temor y no la decisión basada en una mayor información o la molesta sobreestimulación de la situación lo que motiva el modo en el que actúan.
Hay un artículo en el que se habla de los tres tipos de excitación nerviosa asociados al "Sistema de Inhibición de la Conducta" ("Sistema de Pausa para Chequear") que se han observado en animales:
«1. Sin depredador a la vista, ni indicios del mismo. Sin embargo el animal permanece vigilante para asegurarse de que no hay peligro. Al mismo tiempo comprueba si hay algo nuevo, interesante o prometedor. Realiza un procesamiento meticuloso y concienzudo de la situación. Es un nivel de excitación moderado que induce a poner interés, a prestar atención.
»2. El depredador podría estar presente. En el segundo tipo de excitación el procesamiento intenso lleva a la ansiedad. Es una mezcla entre una parte que quiere permanecer y ver más (quizá incluso avanzar un poco hacia la situación) y otra que dice que esto parece peligroso. Como consecuencia se produce una larga y tensa pausa, acompañada de sensación de miedo. Comportamiento inhibido. Cortisol (hormona del estrés) en sangre.
»3. Depredador a la vista. Alerta roja. La excitación nerviosa conduce al miedo y a las estrategias de supervivencia. Adrenalina, respuesta fisiológica que prepara al animal para la lucha o la huida».
Por lo tanto el primero de los tres tipos de excitación nerviosa no conduce al miedo. Ser alguien altamente sensible no equivale a tener más ansiedad (otra cosa es que entre las personas altamente sensibles se encuentre un mayor número de personas ansiosas debido a su mayor vulnerabilidad a malas experiencias que sufrieron en el pasado).
En términos evolutivos es lógico que así sea porque enseguida hubieran desaparecido los individuos que constantemente sienten miedo. Se perderían demasiadas oportunidades para alimentarse y emparejarse, además del excesivo coste energético que supone.
(Extraído de Ignored No Longer: New Interest in Us, New Theories about Us en el sitio The Highly Sensitive Person y del artículo The highly sensitive brain: an fMRI study of sensory processing sensitivity and response to others´emotions.)
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