6 de julio de 2016

La etiqueta de la timidez

«Todo el mundo se preocupa a veces sobre lo que los demás piensan de ellos. Todo el mundo. Te pueden decir "no te preocupes, nadie te está juzgando". Pero si eres altamente sensible te das cuenta de que la gente te mira y te juzga. La gente normalmente lo hace. Y, siendo altamente sensible, la preocupación hace que te sientas sobreexcitado.

»Esa sobreexcitación te hizo sentir que fallaste en una situación social en algún momento de tu vida. Los demás te dijeron que hiciste algo mal o no parece que gustaras y eso te dolió, siendo como eres tan reactivo emocionalmente. Quizá estabas ya sobreexcitado de antemano previendo que algo podía ir mal.

»Pero un fracaso no es suficiente para convertir a alguien en un tímido crónico. Sucede que la próxima vez que estuviste en la misma situación estabas más excitado porque temías volver a fracasar y ello hizo más probable el fracaso. Y la siguiente vez estabas demasiado excitado: no podías pensar en nada que decir, te comportaste de manera inferior y en consecuencia los demás también te trataron como a alguien inferior. Posteriormente trasladaste el mismo comportamiento a otras situaciones similares.

»Pero no naciste tímido. Solamente sensible. Los perros, los gatos, los caballos, también tienen un sistema nervioso sensible. De algunos de ellos que no se atreven a acercarse a nosotros decimos que son tímidos pero sería más exacto decir que tienen miedo debido a que han sido maltratados en algún momento de sus vidas.

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»La etiqueta "tímido" no es aceptable por tres motivos:

»1. Es totalmente inexacta. Se pierde lo que en esencia eres, tu sensibilidad hacia lo sutil y tu dificultad con la sobreexcitación. La sobreexcitación no siempre es debida al miedo pero interpretarla como miedo puede hacerte sentir miedo, es decir, sentirte tímido. La timidez es un estado mental, no un rasgo del carácter.

»Pero se confunde con un rasgo de carácter porque la mayoría de la gente es socialmente extrovertida y cuando ven que estás sobreexcitado no saben lo que te pasa y creen que debe de ser debido al miedo a ser rechazado. Eres tímido, te dicen. Temes el rechazo. ¿Por qué, si no, no te socializas? Pero quizá es que hayas elegido estar solo, tú eres el que está rechazando. Quizá seas un introvertido y prefieras dedicar tu tiempo a hacer otras actividades que te interesan más y que no te cansen tanto. Pero puedes ser objeto de su crítica, que no entiendan que haya gente que no necesite la misma estimulación social, que proyecten en ti su propio miedo a ser rechazados.

»Si pasas menos tiempo en grupos o conociento a gente, cuando tienes que estar en esas situaciones estás seguramente menos preparado. No es tu especialidad. Pero deducir de ello que eres tímido o temeroso es inexacto.

»2. Es negativa, conlleva un prejuicio social que baja la autoestima. La gente asocia tímido a ansioso, vergonzoso, temeroso, inhibido. Cuando también podría relacionarse con términos más positivos como discreto, autocontrolado, considerado, sensible. Cuando alguien trata de ayudarte te dice que a pesar de ser tímido tú también eres digno de gustar. Eso no hace más que confirmar que algo malo pasa contigo. Sin saber el rasgo de carácter sensible que hay por debajo te dan una razón equivocada para tu comportamiento menos sociable y no te pueden dar las múltiples razones reales por las que deberías sentirte bien contigo mismo.

»3. Se autocumple, se produce lo que se conoce como una profecía autocumplida, terminas por ser efectivamente tímido porque te dicen que lo eres. La realidad la construimos a partir de lo que nos dice el entorno. Si comunicamos a una persona que es tímida entonces esa persona en efecto lo creerá y confirmará con su comportamiento lo que le hemos dicho que es.

»Se llevó a cabo un experimento con un grupo de mujeres entre las que se identificó a algunas que eran altamente sensibles y se consideraban a sí mismas tímidas (especialmente con hombres) y otras que no lo eran en absoluto. Se les hizo creer que las pruebas en las que iban a participar trataban únicamente de los efectos que el ruido intenso tenía sobre ellas. En el experimento un hombre que desconocía los diferentes caracteres de las mujeres se encerraba en una sala junto a cada una de ellas, charlando y tomando apuntes sobre las mediciones que arrojaba la falsa prueba. Lo interesante es que el hombre les hacía creer a las mujeres que su corazón palpitante y su pulso acelerado eran debidos al ruido que estaban soportando en esos momentos en la cámara. El resultado fue que las mujeres catalogadas como tímidas, que creyeron que su sobreexcitación era debida al ruido, hablaron tanto y con tanta desenvoltura como las mujeres no tímidas. De hecho, el hombre no pudo distinguir por su actitud a unas de otras. Sin embargo, en el mismo experimento se comprobó que cuando las mujeres no podían achacar su sobreexcitación al ruido entonces confirmaban su comportamiento tímido hablando mucho menos y dejando que la conversación fuera dirigida por el hombre.

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»Por todos estos motivos haríamos bien en evitar etiquetar a la gente como "tímida". Podríamos hablar de gente con "incomodidad social", personas que se comportan socialmente de manera no muy hábil. Pero la incomodidad es temporal y hay alternativas. Puedes aguantar la situación, abandonarla, cambiar el ambiente o ponerte una "máscara". Lo que no debes hacer es culparte por ello. De lo que se trata es de gestionar conscientemente la incomodidad y olvidar la idea de que inherentemente te sientes incómodo en situaciones sociales.

»Algunos consejos útiles:
  • Reconocerse a sí mismo que se está sobreexcitado puede ser de gran ayuda.
  • Trata de buscar en los grupos gente que se encuentra igual que tú y nota su mirada de simpatía.
  • A menudo pensamos que la sobreexcitación se nota más de lo que parece. Buena parte de la vida social consiste en un juego de máscaras en el que no se mira demasiado debajo de la superficie. Colocarse una máscara y actuar como todos los demás puede ser una posibilidad.
  • A veces la mejor táctica es explicar tu sobreexcitación (cuando tengo que hablar ante un grupo de desconocidos, al comenzar les digo que sé que sueno un poco tensa pero que en pocos minutos estaré bien).
»Cuando se está un tiempo con otra gente puede ser importante explicar el rasgo de la alta sensibilidad. De esta manera podrás marcharte sin sentirte culpable o permitirte tomarte un respiro sin que te quedes fuera cuando vuelvas. Una vez que mencionas que eres altamente sensible, dependiendo de las palabras que utilices para explicarlo, despertarás dos estereotipos:

a) El de una víctima pasiva, alguien débil y afligido.
b) El de una presencia dotada, profunda y poderosa.

»Cuando tengo que estar con un grupo de gente el día entero o el fin de semana, a menudo explico que necesito mucho tiempo sola. Incluso si soy la única que se va a su habitación temprano y que se va a pasear sola, he aprendido a no generar ni pena ni simpatía, sino a dejar detrás un aire de misterio».

(Extraído del libro La persona altamente sensible, de Elaine Aron)

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