«Las personas altamente sensibles lloran con mayor facilidad. Lo descubrimos claramente en nuestra investigación y la única razón por la que no está en el test de sensibilidad es porque las mujeres contestaban afirmativamente en mayor medida que los hombres y no queríamos tener tal dependencia del género. En cualquier caso estoy segura de que los hombres altamente sensibles también lloran con facilidad, sólo que lo reprimen más.»Elaine Aron comenta que llorar con facilidad puede ser un problema en ciertas situaciones, especialmente en aquellas en las que nos comparamos con los demás. En su libro The Undervalued Self desarrolla ampliamente las dos maneras en las que nos relacionamos las personas. Por una parte nos evaluamos con respecto a los otros para ver si somos mejores o peores que ellos, algo que es connatural a todos los animales sociales (relaciones de rango las llama). Por otra, también somos capaces de establecer relaciones de vínculo como las que necesita el amor o la amistad.
«La cuestión es que llorar es un problema solamente en una situación de rango. Con un amigo o en un grupo en el que te sientes aceptado, o bien aprecias el alivio que te proporcionan las lágrimas o bien se respetará tu privacidad si dices: "No es nada, no os preocupéis". No pierdes el respeto de los demás, los amigos saben cómo eres y probablemente les gusten tus sentimientos profundos.
»En situaciones de rango, por contra, llorar puede ser visto commo una debilidad. Puede hacer que te vean como alguien a quien le falta control emocional o tiene un problema psicológico. Si eres una mujer temes que te estereotipen o que lo achaquen a las hormonas. Si eres un hombre, quizá asustes a los demás hombres. "Un hombre que pierde el control. Qué horror, ése podría ser yo" es lo que pasa por la cabeza de muchos. Casi todos los hombres recuerdan el día que aprendieron a no llorar delante de otros chicos.
»Pero podría suceder que pudieras convertirlo en un momento de vínculo. La forma en la que te tratas a ti mismo indicará a los demás cómo deberían tratarte, como a un amigo o como a alguien inferior. Si no recibes ningún tipo de respuesta por parte de los que tienes alrededor tienes que recordar que las lágrimas suelen asustar y preocupar. Cuando lloras, la gente puede sobreestimularse de manera que no puedan pensar en preguntarte qué es lo que te pasa o tocarte de forma suave y reconfortante. Y si fueron los causantes de tu lloro no les gustará nada pedir disculpas por haber sido duros contigo o por no haber captado cómo te estabas sintiendo. Aunque suene injusto, el vínculo en estos casos requerirá de ti que tranquilices a esta gente.
»Normalmente lo mejor es lo más sencillo. "No pasa nada, es sólo que lloro muy fácilmente". O bien "Es verdad que estoy triste, pero no tanto como parece. Sencillamente lloro con mucha facilidad". Reconfortar a la gente puede hacer que se sientan cercanos a ti porque pareces una persona con la que se puede uno sentir seguro, alguien que no los avergonzaría en caso de que se sintieran incómodos con sus propias lágrimas. Al mismo tiempo te muestras considerado, incluso cuando estás triste. Además a la gente le gusta ayudar y les estás dando la ocasión de hacerlo.»Pero cuando estás en una situación pura de rango, para que no te hundan la única posibilidad que hay es la de recuperar tu estatus. De hecho, según Elaine Aron, puede incluso que puedas aumentarlo.
«Recuerda que nuestra cultura puede que considere las emociones como debilidad pero la realidad es que los sentimientos que nos llevan a llorar son los que nos hacen humanos, compasivos y sabios. El problema es que no se soporta el llanto porque amenaza la rigidez habitual, ya que los sonidos y los movimientos del cuerpo de alguien que llora inducen sentimientos parecidos en el otro, sentimientos que no nos atrevemos a expresar y resonancias en nuestro cuerpo a las que oponemos resistencia. Es decir, la rigidez de los que no lloran es una forma debilidad pero esto tendríamos que creerlo de corazón: que somos más fuertes por llorar y que están equivocados los que nos minusvaloran por ello.
»En situaciones más hostiles habría que convertir el llanto en una virtud de la que los demás carecen. "Me emociono con facilidad y estoy orgulloso (contento) por ello". Mostrar la sensibilidad como una característica personal a la que se está agradecido por toda la información útil que proporciona al trabajo que desempeñamos.
»Hay que tener presente toda la carga de honestidad que comunica aquél que se atreve a llorar en una confrontación, algo que al final se transforma en verdadera fuerza al acompañarnos de palabras sinceras. Aunque a veces un digno silencio puede ser la mejor opción. En esos casos piensa en ti mismo como alguien seguro de su sabiduría y de su honestidad emocional. Haz una pausa, deja que corran las lágrimas, seca tus ojos, y luego, cuando estés listo, sigue hablando. A menudo este comportamiento provoca en la gente reacciones extrañas. (Por cierto, hacer esperar a los demás es una forma de subir el rango.)
(Extraído de About Crying Easily del sitio The Highly Sensitive Person.)
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