Elaine Aron resume en este artículo un estudio sobre el rasgo de la personalidad sensible entre los animales. Al parecer lo que gobierna el comportamiento de los animales más sensibles es una mayor receptividad a su entorno. En esencia estarían mucho más atentos a lo que les rodea y a su propio estado, y actuarían conforme a toda esta información.
«Cuando se presenta una situación nueva en la que es posible elegir la respuesta, los individuos receptivos la estudian y responden de acuerdo a lo que pueden detectar en ella o recordar de una situación similar pasada. En la próxima ocasión harán lo mismo, intentando averiguar lo que funciona en ese momento o adaptando lo que hicieron en el pasado».
Una de las razones por las que la evolución nos ha dotado a algunos de una mayor receptividad es la de tener la posibilidad de detectar los peligros a tiempo. Para ello es necesario comprobarlo todo porque cuando algo se ve por primera vez no se sabe si se trata de una amenaza. Se produce por tanto un estado de mayor vigilancia. Pero según Elaine Aron este estado de mayor vigilancia tiene también su razón de ser evolutiva en el hecho de que nos aprovechemos mejor de los recursos existentes en el entorno, recursos que los menos receptivos pasarían por alto. Es por ello que los receptivos son minoría pues de lo contrario este rasgo dejaría de ser una ventaja evolutiva.
«Por contra los llamados atrevidos se enfrentan a lo que les parece ser una circunstancia nueva de una manera más aleatoria en lugar de estudiar detenidamente lo que tienen delante. Son de los que se dicen: "¡A por ello!" Podría parecer temerario pero no siempre lo es porque en ciertas situaciones no hay nada que estudiar al ser las mismas impredecibles. Los no tan receptivos son inteligentes y aprenden bien, pero lo hacen de manera diferente.
»Los que son muy receptivos tienen un coste energético mayor por el procesamiento continuo de la información y ello hace que se saturen antes. Cansados, se retiran y puede que pierdan oportunidades con respecto a los otros.
»Además tienen mayor riesgo de aprender erróneamente, es decir, de interpretar situaciones actuales según las experiencias pasadas, cuando quizá la realidad de una y otra no tenga ya nada que ver. En estos casos comportarse aleatoriamente sin considerar el pasado puede ser bastante más ventajoso».
(Extraído de
Appreciating Sensitivity :We're Simply More Responsive en el sitio
The Highly Sensitive Person.)
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