12 de octubre de 2016

Dónde invertir

(Three Risk-Free, High-Yield Investments, artículo de Elaine Aron traducido del sitio Psychology Today.)

En estos tiempos inciertos todo el mundo quiere un lugar seguro donde invertir su tiempo y su energía, y por supuesto su dinero, si es que tiene alguno. Idealmente una inversión no solamente debe ser segura sino que ha de aumentar su valor, como cuando inviertes en tu propia educación o en una compañía en crecimiento. Aun así queremos ante todo que la inversión sea segura porque en estos tiempos tenemos ese acechante miedo a un colapso económico global o incluso al fin de la civilización tal y como la conocemos. La gente dice que el oro es lo mejor en estas situaciones. ¿Seguro? Siempre que me imagino saliendo a comprar algo con oro pienso en que alguien va a venir por detrás a robarme. Así que, ¿invierto en oro y en un arma? Yo desde luego no.

He aquí la primera de mis tres inversiones infalibles ante cualquier escenario futuro: psicología en profundidad. Trabajar con el alma. Aprender de tus sueños. Conocer tus complejos y tu sombra. La sabiduría es un recurso que nadie te puede quitar y no deja de aumentar de valor.

Tus sueños te dirán el "resto de la historia", información que necesitas para tomar las decisiones más importantes de la vida. Conocer tus complejos evita que hagas tonterías y que alejes de ti a la gente. Considera tu ser infravalorado como ejemplo de un complejo. Si te encuentras atrapado en él, subestimarás tu valor, no lo intentarás con cosas que de hecho podrías hacer bien, y no llegarás a hacerte amigo de gente a la que te gustaría conocer porque piensas que ellos no querrán conocerte. Si conoces tu sombra construirás una personalidad verdadera, íntegra, porque sabrás el mal que eres capaz de hacer. Qué podría ser más valioso que irte a dormir por la noche sabiendo que estás viviendo una vida con tanta integridad como es posible.

¿Colapso económico? ¿Fin del mundo? Hablarás y te comportarás de forma que atraerás a los demás. Querrán ayudarte porque te sienten como una persona valiosa a la que quieren tener cerca.

Segunda inversión: meditación. Cualquier creencia o práctica espiritual será útil en malos tiempos: rezo, contemplación, yoga, buenas obras, todas ellas excelentes. Pero también quieres acostumbrar a tu sistema nervioso a que se asiente en su estado más estable yendo allí diariamente y cambiando gradualmente la manera de funcionar de tu cerebro. Los métodos de meditación son diferentes, yo prefiero la Meditación Transcendental. Te aporta experiencias inmediatas del estado más profundo posible y cuando miras a la teoría que hay detrás ves que tiene sentido. Inviertes algo de dinero para aprender pero después ya no tienes que pagar de nuevo por el resto de tu vida. Veinte minutos dos veces al día es una inversión significativa de tiempo pero si lo practicas correctamente estarás deseando hacerlo. Es puro descanso. Muy bueno para tu salud. Clarifica tu mente haciéndote más eficiente. Y además los efectos se acumulan, especialmente tras haber participado en unos pocos retiros. Efectivamente, existen estados de consciencia más elevados, lo que se llama iluminación. Pero en términos más terrenales, yo he meditado durante 40 años. Me he hecho mayor pero también he notado que he ganado en lo que algunos llamarían juventud: más energía, productividad y sencillamente pura alegría. Todo aquel que se ha mantenido con ello reporta los mismos beneficios.

¿Colapso económico? ¿Fin del mundo? Nadie me puede robar mi sistema nervioso y si recibo el golpe del estrés entonces seré capaz de gestionar la situación con mayor ecuanimidad que aquéllos que no hayan invertido de esta manera.

Tercera inversión: amor. Tus relaciones cercanas. Éstas requieren la mayor inversión de tiempo, energía, habilidad y atención. Puede haber sufrimiento en el camino y pérdida al final. Así que necesitas a más de una persona cercana en tu vida. Pero qué recompensa, diaria, en todos los sentidos. La soledad te matará, lentamente pero de forma segura. ¿Fin del mundo? ¿Preferirías enfrentarte a ello solo o con alguien querido? Algunas personas que saltaron del infierno del World Trade Center el 11-S lo hicieron cogidas de la mano. Imagina: cogiéndote de las manos o no cogiéndote de las manos. Curioso, pero la diferencia es gigantesca, ¿no?

1 comentario:

  1. Hola:
    Una bella entrada: espiritualidad, meditación, amor...
    Muchas gracias.

    Un saludo
    Cris

    ResponderEliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.